En la actualidad, conocer y/o establecer señas sobre los nuevos horizontes visuales del arte que se produce en América Latina se torna un proceso un tanto complejo. Sin embargo, en medio de estos cambios culturales, políticos y hasta climáticos, debemos entender que el arte y sus diversas manifestaciones están estrechamente ligadas al contexto en el que se desarrolla; el creador, a través de sus obras solo refleja y hace eco de sus más apremiantes necesidades expresivas a partir de metáforas y de lenguajes muy personales. En este punto, se ubica la producción de Daniela Marin quien, desde su rol de artista, presenta un vocabulario visual particular, marcado por una comprensión sagrada del color, la forma, las texturas y la geometría irregular; siempre, todo, reinterpretado por el gesto consciente de una simbología que nos acerca a sus raíces: Latinoamérica y Caribe.

Daniela Marin, creadora inquieta, nos presenta “Barotrópico” su más reciente exposición personal, donde cumple con su destino al seguir construyendo un imaginario visual comprometida con el universo de la abstracción en el Perú. Es aquí donde recuerdo las palabras de Marta Traba cuando escribe sobre esta tendencia del arte; la abstracción, nos comenta, “nace del deseo de expresar libremente emociones y sensaciones, justificando así, con la fuerza espiritual del espacio vacío, la mancha, la pincelada [yo añadiría, las texturas y objetos tridimensionales de Marin]. Por eso hay un repetido tono poético que se advierte en grupos o artistas individualmente considerados”. La abstracción, en particular, de Daniela no niega ni se opone a la realidad; al contrario, se acerca y penetra en ella siendo una respuesta a todos sus estados múltiples.

Es por ello, que, en sus obras y bocetos, se desarrolla toda una visión personal y contemplativa de la naturaleza, los árboles, el movimiento de las hojas con el viento, los remolinos, la lluvia y los atardeceres. Es decir, todo el paisaje [y contexto] que Daniela Marin tiene a su alrededor es fuente de inspiración y fuente de vida para toda su producción.

Barotrópico es un fenómeno atmosférico que ahora se convierte en conexión con la vida, con la esencia, donde solo se vive el presente y la armonía cromática. Una estética pictórica que nació de la necesidad de la artista de expresar lo que nunca encontró a través de las palabras; en ese espacio inmenso de silencio, la quietud y la contemplación, donde se haya nuestra creatividad y nuestro origen.

Daniel G. Alfonso

Lic. Historia del Arte

Máster Gestión Cultural

Crítico de Arte | Curador | Profesor